Después de un día muy largo en avión, llegó el momento de conocer a nuestras familias.
Todos estábamos muy nerviosos pensando que no nos conocerían o que no nos entenderían pero, al final todo fue genial.
Los más cansados descansaron y durmieron pronto, los más activos visitaron el centro comercial o hasta hicieron un miniviaje a Philadelphia... Y en mi caso, jugué con Dieu-Ahn (mi hermana pequeña) hasta que ya no podía más.
En fin, aunque en un principio creíamos que iba a ser muy duro, aquí estamos, más contentos imposible con nuestras nuevas familias (no os pongáis celosas familias españolas, a vosotros os queremos más, mua!)
Nerea
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